En mi modesta opinión.
Con respeto a la persona
También en un 20 N, qué coincidencia más reveladora.
Descanse en paz.
Este deseo habría sido mucho más enfático
de haberse llevado con ella todo lo que representa: La oligarquía
más ostentosa, parasita, y chupasangre de nuestra peor historia.
Sus
propiedades son el cúmulo de riquezas más voluminoso de Europa que cada año se
ve incrementado por las generosas aportaciones de la Comunidad Europea, vía
subvenciones al campo, que no a los campesinos, como habría de ser.
Palacios,
latifundios, obras de arte y un grotesco acaparamiento de títulos nobiliarios (más de sesenta)… en fin, un patrimonio que bien administrado podía
haber sacado de la pobreza a muchísima gente que no posee un trozo de tierra
donde trabajar.
Es curioso que
cuando la derecha, y también la seudo-izquierda, trata de asustar a los
potenciales votantes de Podemos con el fantasma de las expropiaciones, no se
les ocurra que las propiedades más ilegitimas de este país no son el pisito que
un trabajador autónomo tiene en Cubellas, en la playa de Motril o el la sierra
de Guadarrama, si no las que posee el ducado de Alba, ninguna de ellas ganadas con trabajo como requiere la
doctrina católica que tanto manosean.
La mayoría de
propiedades fueron acumuladas hace años cuando el reparto de la riqueza se hacía
espada en mano. En este punto se me viene a la cabeza una frase del
catolicismo: “Quien a hierro mata a hierro muere”. Y yo digo: Amen.
Pero quizás no
sea esta clase parásita la única
responsable de este despropósito de desigualdad, también lo son los llamados
socialistas cuando, sin el menor empacho, la nombran “hija predilecta de
Andalucía”, en un innecesario alarde burlón hacia los jornaleros andaluces.
Mientras veo en la televisión cómo la gente más humilde se consterna por la desaparición de un
personaje que tan solo les ha distraído con un circo en Semana santa, el Rocío o la Feria de abril, observo que tampoco los socialistas son los únicos
responsables de ese desatino de nombrarla hija predilecta. Pues decenas y
decenas de personas, que no tienen donde caerse muertas, aúpan el icono de la
Casa de Alba como si tuviesen algo que agradecerle.
Es en esos
momento cuando pienso que “cada pueblo tiene lo que se merece”.
Ese
sentimiento servil es lo que más repudio de mi gente, (porque los considero mi
gente, tanto por que he nacido en Andalucía como por que son trabajadores como
lo he sido siempre yo).
¿Cuándo va a
llegar la desaparición del “señorito andaluz”? ¿Cuándo, mi gente, se dará
cuenta de que los que les restriegan por las narices los mejores atuendos en la
Feria de abril, son los que les privan a sus hijos o nietos de labrase un
futuro que no dependa del PER?
Me encanta
volver a mi tierra de vacaciones pero no soportaría estar inmerso en una
sociedad que se doblega folklóricamente sin rebelarse a que su único futuro sea
trabajar de camarero o recoger aceituna durante tres meses.
Nada que
reprochar a quien se gana el jornal honradamente, faltaría más, pero hemos de
darnos cuenta de que en el diseño de Europa (tal vez porque nos ven con el
talante propicio) nos han asignado el papel de cenicienta. Lo malo es que en la vida real los príncipes no nos
sacarán de la miseria para llevarnos a palacio, sería más efectivo sacarlos a ellos de los palacios para acabar con los
privilegios.
EFC
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