viernes, 14 de noviembre de 2014



       En mi modesta                                     


EL PERRO  DEL HORTELANO


No son ni una ni dos las tertulias que cada día me trago para ver cómo anda el país.
Como es normal, (que no lógico) los políticos que comparten micrófono barren para su casa arguyendo cuantas tonterías se les ocurren a falta de argumentos solidos con que defender una trayectoria a todas luces deficiente, como poco.
Se llenan la boca con la regeneración que se necesita. En eso, izquierda, derecha, arriba y abajo están de acuerdo. Lo malo es que se trata de una comedia para la galería. Hasta aquí todo normal; sería absurdo pensar que el ladrón donara parte del botín para dotar al país de más policía. Eso no tendría sentido.
Lo que ya no me cuadra, (si le otorgamos a los periodistas la independencia de que se abanderan) lo que ya no me cuadra, repito, es oír en las tertulias a los periodistas, al menos a la gran mayoría, criticar el latrocinio de todos estos años por parte de los partidos políticos, incluidos algunos elementos de IU. Despotrican del PP, de PSOE, de IU de CDC, de UDC y, en menor medida, del resto de formaciones políticas de más discreta entidad. ¡¡Esto es insoportable!! Repiten desgarrándose las vestiduras mientras inhabilitan a los jueces que le echan dos cojones al asunto y se enfrentan a los corruptos.
Paginas y páginas de tinta describiendo el caos en que se ha convertido España.
Y, cuando ya la gente no aguanta más, en parte porque los periodistas han colaborado a que la sociedad vea que la corrupción es una metástasis que ya no permite componendas, y esa misma gente se organiza desde la zona sana de la sociedad y se yergue como alternativa para echar a los corruptos, esos mismos periodistas vuelven los colmillos hacia la solución con la inquina que nunca mostraron con los corruptos.
Tengo la sensación de que nunca han vendido tantos periódicos como ahora. Me imagino cómo se sentirían las compañías de seguros si desapareciesen los ladrones. Pues algo similar debe pasar con muchos periodistas. Es verdad, y es justo reconocerlo, que otros ejercen el oficio con mucha dignidad y observan los acontecimientos para escribir la crónica con el máximo de objetividad pero, desgraciadamente, son los menos.
Si, como describen caóticamente, los políticos actuales no son los idóneos para poner coto a la bacanal donde tan bien se lo pasan, por qué, entonces, esa inquina hacia Podemos, cuando, todo cuanto se debate en el seno de esa organización, tiene como notarios a los periodistas. ¿No será que la podredumbre se ha extendido más allá de las sedes políticas y ha llegado a las redacciones?
¿No será que algunos ya se han acostumbrado a nadar en este lodazal y temen al agua de lavarse como la temen los gatos?
Si alguien me obligara elegir un prototipo de ese periodismo infecto no tendría la menor duda: Eduardo Inda.
También en el periodismo hay que hacer limpieza. Lo malo es que eso si que lo han de hacer los mismos periodistas, si se hace desde el poder correrán ríos de tinta contra la censura.  
Así que, o el mismo gremio se pone manos a la obra o no habrá manera de eliminar la peste a corrupción.
  
                                              EFC

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