En mi modesta
EL PERRO DEL HORTELANO
No
son ni una ni dos las tertulias que cada día me trago para ver cómo anda el
país.
Como es normal,
(que no lógico) los políticos que comparten micrófono barren para su casa
arguyendo cuantas tonterías se les ocurren a falta de argumentos solidos con
que defender una trayectoria a todas luces deficiente, como poco.
Se llenan la
boca con la regeneración que se necesita. En eso, izquierda, derecha, arriba y
abajo están de acuerdo. Lo malo es que se trata de una comedia para la galería.
Hasta aquí todo normal; sería absurdo pensar que el ladrón donara parte del
botín para dotar al país de más policía. Eso no tendría sentido.
Lo que ya no me
cuadra, (si le otorgamos a los periodistas la independencia de que se
abanderan) lo que ya no me cuadra, repito, es oír en las tertulias a los
periodistas, al menos a la gran mayoría, criticar el latrocinio de todos estos
años por parte de los partidos políticos, incluidos algunos elementos de IU.
Despotrican del PP, de PSOE, de IU de CDC, de UDC y, en menor medida, del resto
de formaciones políticas de más discreta entidad. ¡¡Esto es insoportable!!
Repiten desgarrándose las vestiduras mientras inhabilitan a los jueces que le
echan dos cojones al asunto y se enfrentan a los corruptos.
Paginas y
páginas de tinta describiendo el caos en que se ha convertido España.
Y, cuando ya la
gente no aguanta más, en parte porque los periodistas han colaborado a que la
sociedad vea que la corrupción es una metástasis que ya no permite componendas,
y esa misma gente se organiza desde la zona sana de la sociedad y se yergue
como alternativa para echar a los corruptos, esos mismos periodistas vuelven
los colmillos hacia la solución con la inquina que nunca mostraron con los
corruptos.
Tengo la
sensación de que nunca han vendido tantos periódicos como ahora. Me imagino
cómo se sentirían las compañías de seguros si desapareciesen los ladrones. Pues
algo similar debe pasar con muchos periodistas. Es verdad, y es justo
reconocerlo, que otros ejercen el oficio con mucha dignidad y observan los
acontecimientos para escribir la crónica con el máximo de objetividad pero,
desgraciadamente, son los menos.
Si, como
describen caóticamente, los políticos actuales no son los idóneos para poner
coto a la bacanal donde tan bien se lo pasan, por qué, entonces, esa inquina
hacia Podemos, cuando, todo cuanto se debate en el seno de esa
organización, tiene como notarios a los periodistas. ¿No será que la
podredumbre se ha extendido más allá de las sedes políticas y ha llegado a las
redacciones?
¿No será que
algunos ya se han acostumbrado a nadar en este lodazal y temen al agua de
lavarse como la temen los gatos?
Si alguien me
obligara elegir un prototipo de ese periodismo infecto no tendría la menor
duda: Eduardo Inda.
También en el
periodismo hay que hacer limpieza. Lo malo es que eso si que lo han de hacer
los mismos periodistas, si se hace desde el poder correrán ríos de tinta contra
la censura.
Así que, o el
mismo gremio se pone manos a la obra o no habrá manera de eliminar la peste a
corrupción.
EFC
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