Que no se nos vaya la olla. Tenemos la puñetera costumbre de irnos de un extremo a otro sin pasar por el sentido común que, según dicen, es el sentido menos común.
La espantada del rey ha abierto un debate inoportuno cuando, en virtud de los resultados electorales, se estaban cuestionando la forma de hacer política de los profesionales de la arenga. La maniobra Real ha nublado ese debate, con sibilina astucia. Doctores tiene la Casa Real que saben cómo controlar la marea de la opinión.
Sería absurdo que esa gente que ha despertado a la política cayese en esa trampa tan bien urdida.
¿Qué más me da a mi si hay un rey como el Borbón o un presidente de la república como Zapatero? Lo que necesitamos es que nuestros conciudadanos se comprometan en la política y entre todos sepamos qué camino queremos tomar con respecto a cómo nos gobiernan. Se necesita una mayoría social progresista que nos permita zafarnos de la corrupción y restablezca el sentido de la ética y la justicia.
Imaginemos que hay república, pero la gente participa con la misma desidia que hasta ahora. Sería muy posible que tuviésemos a un Aznar como presidente de esa república. Preguntémonos, entonces, qué sería peor; un rey vividor o un presidente con aromas de reyezuelo dictador.
Por tanto, yo creo que hay que volver al verdadero debate de qué queremos para nuestro país, en términos sociales.
El alarde de banderas republicanas no nos va a solucionar el problema del paro, será una postura solidaria, tenaz y contundente, por parte de la ciudadanía, lo que nos solucione los problemas.
La lucha de clases no es más que la lucha por la justicia pero, mientras veamos con normalidad que, deportista, banqueros, políticos y altos empresarios se forren a costa de la miseria de la clase trabajadora, mientras eso nos parezca que ha de ser así, a mi me da igual que haya rey o presidente de república.
Es necesario que los pequeños empresarios que hace unos años se consideraban clase social media alta y, por tanto, no eran clase trabajadora, se pregunten en estos momentos, cuando están arruinados por los mismo responsables del descomunal paro, de qué clase son, en qué parte de la ralla se encuentran ahora, ¿en la de los explotados o en la de los explotadores?
EFC
Sería absurdo que esa gente que ha despertado a la política cayese en esa trampa tan bien urdida.
¿Qué más me da a mi si hay un rey como el Borbón o un presidente de la república como Zapatero? Lo que necesitamos es que nuestros conciudadanos se comprometan en la política y entre todos sepamos qué camino queremos tomar con respecto a cómo nos gobiernan. Se necesita una mayoría social progresista que nos permita zafarnos de la corrupción y restablezca el sentido de la ética y la justicia.
Imaginemos que hay república, pero la gente participa con la misma desidia que hasta ahora. Sería muy posible que tuviésemos a un Aznar como presidente de esa república. Preguntémonos, entonces, qué sería peor; un rey vividor o un presidente con aromas de reyezuelo dictador.
Por tanto, yo creo que hay que volver al verdadero debate de qué queremos para nuestro país, en términos sociales.
El alarde de banderas republicanas no nos va a solucionar el problema del paro, será una postura solidaria, tenaz y contundente, por parte de la ciudadanía, lo que nos solucione los problemas.
La lucha de clases no es más que la lucha por la justicia pero, mientras veamos con normalidad que, deportista, banqueros, políticos y altos empresarios se forren a costa de la miseria de la clase trabajadora, mientras eso nos parezca que ha de ser así, a mi me da igual que haya rey o presidente de república.
Es necesario que los pequeños empresarios que hace unos años se consideraban clase social media alta y, por tanto, no eran clase trabajadora, se pregunten en estos momentos, cuando están arruinados por los mismo responsables del descomunal paro, de qué clase son, en qué parte de la ralla se encuentran ahora, ¿en la de los explotados o en la de los explotadores?
EFC
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