En mi modesta opinión
¿Para cuándo una generación con vergüenza?
El estómago y
la dignidad se llevan como el perro y el gato. Basta sentir el menor runruneo
de las tripas para aceptar cualquier ingreso de divisas, por humillantes que estas
sean. ¡Ay Rota la marinera! ¿Dónde están
tus calabazas, tu tomate y tu sandía? Yo creí, como buen iluso, que la
canción de Carlos Cano era el reflejo del sentir gaditano, pero en Andalucía,
ya, ni se sabe cual es el verdadero sabor de una salsa de tomate, y se prefiere
el Kepchup, o como coño se llame ese potingue.
La llegada de
un nuevo navío de la Navy hace que se
les salga el sieso esperando los dólares que, los esbeltos marineros yanquis, se
van a dejar por los bares de Cádiz.
Pero,
lamentablemente, no es solo en esa esquinita de España, que es la más castigada
por el abandono de sus dirigentes y por la puta crisis, no, en la comunidad más
centrada, más céntrica y más próspera, como es Madrid, el ano se les descompuso
al olor del enorme Putiferio (lo
pongo en mayúscula porque era mayúsculo el putiferio) que un mafioso, podrido
de dinero negro, pretendía montar. Y no eran solamente los que ya no tienen
subsidio de paro que llevarse a la boca, no, esos tendrían una buena disculpa,
eran huestes de pequeñoburgueses que
esperaban recoger las miguitas que cayesen a suelo, cuando los Botines y demás depredadores de turno se
hubiesen repartido la mejor tajada.
Pero no crean
que esa actitud sumisa y servil se limita a la mitad sur español,
históricamente más deprimida, no, siguiendo la diagonal de la indignidad,
llegaríamos hasta la próspera y proindependiente
Cataluña que, antes que el pérfido y centralista Madrid, ya babeaba por asumir el Putiferio y coleccionar
las fotos de Thomas Jefferson o Bejamin Franklin para llenar sus cajas fuertes,
de la misma forma que algún dirigente, hijo de dirigente e hijo de puta
colecciona Ferraris, a costa de recortar a los más débiles a los que ya solo
les quedaba su dignidad.
En conclusión, o recuperamos la
dignidad del ciudadano Cayo, (léase El disputado voto del señor Cayo) o ni
siquiera van a tener que invertir en vaselina para darnos porculo.
Firmado: Un español con almorranas.
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